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La teoría de las tres Amy Farrah Fowler: El ataque de los clones

Hace unos días ha terminado Orphan Black, una serie de la que quizás la mayoría no ha escuchado nunca. Trata sobre una mujer que descubre que existen otras como ella, idénticas a ella… son sus clones.

¿Por qué menciono esto? Bueno, porque no he podido evitar pensar que si hay alguien que tiene clones en The Big Bang Theory, esa es Amy Farrah Fowler.

La primera Amy

Desde el momento que apareció, en el episodio final de la tercera temporada, Amy aparentaba ser una mujer muy segura de sí misma. Tanto que fue considerada cortante, pesada y prejuiciosa, tal como la describió Leonard.

Al fin y al cabo, esta Amy era un clon femenino de Sheldon Cooper. Eso explica el porqué sus opiniones coincidían en tantas cosas. Y también que, cuando finalmente encontraron algo en lo que discrepaban, ninguno cedió y decidieron dejar de verse. Para siempre. Si Mary Cooper no los hubiera manipulado para que volvieran, todo habría terminado ahí.

Por supuesto, esta Amy no tenía futuro en el show. Así que los escritores fueron puliéndola, tratando de darle una identidad propia. Y acertaron.

La segunda Amy

Esta nueva versión de Amy tuvo algunos de los cambios más abruptos que yo recuerde en un personaje. Eso no es evolución señores.

Por ejemplo, de buenas a primeras, Amy se obsesionó con ser la «mejor amiga» de Penny, a quien episodios atrás no tenía el menor interés en conocer. Pero es que no solo quería conocerla, se volvió su admiradora incondicional.

De todas formas, los cambios que introdujeron en Amy resultaron simpáticos. Y cuando Bernadette se sumó a la ecuación, fue todavía mejor. El grupo de chicas se había formado.

Y como novia de Sheldon, esta Amy estaba dispuesta a darle una oportunidad al romance, aunque no a soportar la majaderías del Dr. Cooper. Tiene el mérito de ser la primera en conseguir que Sheldon se disculpara con ella sin la intervención de Mary Cooper (Penny lo consiguió de esa manera).

Por eso y muchas razones, esta Amy se convirtió en mi favorita. Lo que significó también un cambio drástico para mí, porque yo detestaba a la primera Amy. Y aunque los cambios que experimentó el personaje fueron inexplicables, al ser cambios positivos, estuve dispuesto a pasarlos por alto.

La tercera Amy

Pero como lo bueno no puede durar, luego de que Amy se asienta como novia de Sheldon, comienza a experimentar una segunda mutación. Una lenta y progresiva deriva del personaje. Y en gran parte eso se debió al Shamy.

La extraña relación de Sheldon y Amy siempre fue un modelo para las parejas que no necesitan de romanticismo y situaciones empalagosas para disfrutar de su relación. Se suponía que ambos compartían la idea de que dos personas racionales y extremadamente inteligentes no necesitaban de las muchas convenciones sociales acerca del amor.

Por eso, Mayim Bialik siempre defendió que la relación de Sheldon y Amy debería progresar lentamente, pero Jim Parsons era de una opinión distinta. Él creía que sería más gracioso si Sheldon era puesto en situaciones incómodas y qué mejor que explorar la parte sexual de su personaje (la que habría que crear, porque antes no existía).

La opinión de Jim prevaleció y fueron introduciéndose cada vez más bromas acerca de las necesidad sexuales de Amy y las quejas de Sheldon sobre sentirse «acosado» por su novia. Lo que fue divertido durante un tiempo, pero a la larga comenzaron a mostrar una Amy cada vez más necesitada, frustrada y desesperada por afecto e intimidad.

El cambio de paradigma en Amy se hace evidente en el episodio «The Cooper Extraction». Sheldon está en Texas y el grupo se pregunta cómo sería su vida sin él. El escenario que plantea Amy es tan triste y desolador como contradictorio. ¿A quién le creemos? A la Amy original que se sentía segura de su vida o a esta Amy que no puede concebir su vida sin Sheldon Cooper.

Lo irónico es que he leído a muchas fans tomar a Amy como modelo de mujer moderna e independiente y yo no sé si estamos viendo la misma serie o ellas dejaron de ver o prestar atención a las últimas temporadas.

Obviamente, esta Amy ya no es mi favorita. En especial, después de su ruptura y reconciliación con Sheldon.

Por un instante creí que la dignidad de Amy había regresado, pero fue una ilusión que apenas duró unos episodios. Amy se separó de Sheldon porque ya no soportaba su forma de ser, pero después, sin que Sheldon cambie absolutamente nada, es ella quien casi le ruega para volver. Y Sheldon la vuelve a humillar diciéndole que no lo hará, porque él sufrió mucho con la ruptura y no quiere volver a pasar por eso de nuevo. Una vez más, Sheldon solo piensa en sus sentimientos y no en los de Amy.

Que Amy esté dispuesta a soportar mil humillaciones de Sheldon, y a perdonarlo sin una verdadera voluntad de enmienda de su parte, es lo que menos me gusta de este nuevo clon de Amy.

Algo más…

«Evolución» es la palabra que usamos para explicar los cambios que se producen en un personaje con el paso del tiempo. Por otra parte, «involución» es usada cuando ese personaje revierte o da marcha atrás en esos cambios.

Amy Farrah Fowler ha sufrido muchos cambios, unos para bien y otros para peor, no todos estos cambios se hicieron apropiadamente y con la debida coherencia. Sin embargo, tratándose de una sitcom, uno debe ser flexible. Más, si estos cambios son positivos.

Y aunque los últimos cambios en Amy Farrah Fowler son claramente una involución de su personaje, todavía nos queda la esperanza de que esto se revierta y encuentre su punto de equilibrio. Hay dos temporadas para conseguirlo.