Seré breve. Acabo de ser notificado que he recibido una transferencia, a manera de donación, a nuestra cuenta en Paypal.
El solo hecho de recibir esta noticia fue para mí una inyección de positivismo y entusiasmo, justo lo que necesitaba en un día en el cual estaba enfrentando algunas dificultades.
Se estila decir en estos casos, que la cantidad no es lo importante. Y es cierto, pero en esta ocasión la cantidad superó cualquier expectativa que yo me hubiera hecho al implementar el sistema de donaciones para apoyar mi trabajo en este blog.
Lo primero, es haciendo una donación directa. La cantidad que gustes y te parezca mejor.
Lo segundo, viendo nuestra publicidad. Google requiere que la veas al menos un segundo, así que si pasas volando por la página, quizás no cuente. Ahora, si haces clic en algo que te interese, sería genial, aunque eso no te obliga a comprar nada, depende de ti.
Lo tercero, recomendado nuestro blog a tus amigos y conocidos. Compartiendo nuestros contenidos en las redes sociales.
De hecho, el simple hecho de recibir una donación es gratificante, sobre todo porque casi todos mis amigos me decían que no me hiciera muchas ilusiones.
Y es que el plan es recibir pequeñas donaciones, de quizas un dólar o dos, con la esperanza de que con el paso del tiempo vayan sumando y al final del año sirvan para cubrir los gastos del blog. Y con algo de suerte, quizás darme algún pequeño gustito personal. No en vano, muchos de estos sistemas de donación usan frases como: «invítame un café».
Sin embargo, la donación que me ha levantado el ánimo, y me ha hecho sentir la obligación a escribir esta nota de agradecimiento, supera varias veces esa cantidad. No, la donación no me la hizo Bill Gate, así que calma, todavía necesito del apoyo de todos para sostener el proyecto.
Y bueno, eso es todo. A nuestro donante estrella, muchas gracias. Por ayudarme a mantener el ánimo y el entusiasmo, pero sobre todo, la fe en la gente. Y eso es algo que todos necesitamos hoy más que nunca.
—Camelot
Administrador.