Reseñas

Revisión | The Big Bang Theory 8×10: The Champagne Reflection

Seamos claros, los episodios perfectos son una minoría, casi un evento singular dentro de una temporada. Hablo de aquellos que combinan de manera perfecta el fin básico de una sitcom, hacer reir, y al mismo tiempo ofrecen un historia interesante y una desarrollo natural de los personajes.

Lamentablemente, este episodio es de los que no consiguen ninguna de estas cosas de manera satisfactoria.

De botellas y malos genios

Comenzaré con la historia que le da título al capítulo. Se trata sobre una botella de celebración que encuentra Leonard mientras desocupa, junto con Wolowitz y Koothrappali, la oficina de un profesor fallecido en el Cal-Tech (sí, otro más).

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Como el profesor nunca descubrió nada importante en su vida, la botella todavía está intacta. Leonard convierte el asunto en algo personal y está decidido a encontrar algo valioso en las investigaciones dejadas por el profesor.

Una vez más, Leonard hace del personaje serio (algunos dirían que aburrido), mientras que Howard y Raj han el tonto tratando de aportar las risas.

Me quedo con la reflexión que hacen sobre lo difícil que resulta conseguir un logro que justifique postegar a la familia y nuestros seres querido por vivir dedicado obsesivamente al trabajo.

Al final de tanto esfuerzo, Leonard se queda con la botella de champán y la promesa de reservarla para cuando alguno de los tres (Howard, Raj y el propio Leonard) consigan algún logro relevante en sus respectivas investigaciones.

Ahora nos toca el turno de hablar de Bernadette, la chica dulce que conforme la hemos conocido mejor ha ido revelando un lado más oscuro y desagradable. En este episodio descubrimos que es producto de la crianza de su padre.

Para Bernadette es duro descubrir que la gente le tiene miedo y la encuentra desagradable. Pero con la ayuda de Penny decide disculparse y ofrece enmendarse, renunciando en el proceso a varios «privilegios» que le fueron concedidos por su jefe y compañeros de trabajo para evitar contrariarla.

Al verla tan desolada, su jefe decide compensarla. Y en este punto Bernadette descubre, o eso me pareció entender, que las lágrimas pueden ser tanto o más efectivas que los gritos para conseguir lo que uno desea. Y sin deteriorar tu imagen personal. Aunque habrá que ver si el cambio es permanente, que desinteresado no lo fue al final.

Adióses no tan definitivos

Y llegamos a la única historia que ofreció algo de risas legítimas. Bueno, siempre y cuando te guste el Shamy, que aquí se la pasan de disfraz en disfraz en varias secuencias cortas y algunos intercambios muy logrados, con la típica insistencia de Sheldon de recordarle a Amy un error que cometió al no grabar un episodio y ésta estallando al final. Porque hasta las mujeres pacientes como Amy tienen un límite.

Todos saben, menos Sheldon (y supongo que Amy) que el programa es un fracaso en internet, porque casi todos los comentarios son negativos. Con todo, para despedirse por todo lo alto, Sheldon ha preparado un recuento de los programas anteriores y desfilan invitados como Kripke (curiosamente entusiasmado y menos agresivo que de costumbre) y LeVar Burton (de Star Trek, que por cierto ya es su tercera aparición en el programa).

De todas formas, es triste ver Sheldon esperando comentarios y confesarle a Leonard, cuando este llega a casa muy tarde, que no hay ninguno.

En una especie de broma cruel, Sheldon recibe finalmente un comentario positivo, y sólo eso basta para que decida retomar su programa de banderas. Y para festejar el acontecimiento abre la botella de champán que trajo Leonard y arruina los planes que este tenía para ella. Lo siento profesor Abbott, ahora sí su vida ha quedado en el olvido. Lo dicho, una broma cruel.

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Lo que más me gustó

  • «Deja de mirarme las piernas», de Sheldon a Amy en la secuencia de la playa.
  • – Profesor Sharpe: «Él (profesor Abbott) estaba convencido que controlando las calorías podría vivir eternamente». – Raj: «¿Y funcionó?»
  • – Raj: «Tú fuiste su colega, qué tal fue tu investigación». – Profesor Sharpe: «Genial, este es el departamento que obtienes cuando ganas un Nobel».
  • – Amy: «Sheldon, eso fue hermoso» (su despedida del programa al borde de las lágrimas). – Sheldon: «Si no presionaste grabar…» – Amy: «¡Lo presioné!»

De errores y detalles que no gustaron

Voy a ser repetitivo aquí, porque si bien el episodio no tiene grandes defectos, en el conjunto me deja con un fuerte sentimiento de insatisfacción. Escena tras escena pasan los minutos sin que lo que me muestran realmente sea cómico o entretenido. Será porque algunas fórmulas se repiten pero a mitad del episodio ya sabías, o podías adivinar cómo iba a terminar todo. En serio, desde el destino de la botella de champán o el que Bernadette al final no cambiara realmente, o que realmente lo que vimos no fue el último programa de Sheldon sobre las banderas. Ser predecible es un terrible error en cualquier comedia.

Puntuación del editor

No hay mucho que explicar, un puntaje bajo en comedia, ni siquiera abundan esas frases ingeniosas que al menos te hacen sonreir. El guion sólo destaca en la puesta a punto de las secuencias del programa de banderas de Sheldon.

En cuando al desarrollo de los personajes, tampoco hay mucho que destacar, no está claro si Bernadette dejará los gritos por las lágrimas para conseguir sus propósitos, no lo creo, pero fue un giro interesante al final. Todos los personajes están en lo suyo y nada más.

El Lenny sigue tratando de mostrarnos sus lado más amable, con un Leonard sensible hacia un colega y Penny demostrando que es buena como vendedora y dispuesta a ayudar a su amiga con su problema. No tengo que decir que Sheldon y Amy tienen una química tremenda en las escenas que están juntos. Estos detalles salvan al episodio de salir desaprobado, pero con lo justo.

Puntaje de los fans

Bueno, ahora te toca a ti compartir tu opinión y si gustas votar dándole un puntaje a este capítulo, el tiempo de votación es limitado y eventualmente se cerrará, así que hazlo lo más pronto posible.