Farándula

El día que Kaley Cuoco enfureció a las feministas radicales

Es una de las mujeres mejor pagadas de la televisión, según la revista Forbes, pero no le importa asumir los roles tradicionales en casa. Y eso, aparentemente eso puede ser ofensivo para algunas personas.

Para darle un poco de contexto, esto ocurrió un par de años atrás, cuando Kaley todavía estaba casada con el tenista Ryan Sweeting. Entonces, la revista Redbook la entrevistó para una de sus ediciones especiales. Y entre muchas otras cuestiones, le preguntó si se consideraba una feminista.

No al feminismo radical

«¿Estaría mal si digo que no?», repondió Cuoco, y agregó: «No es un tema que ocupe constantemente mi mente. Sé que las cosas son distintas ahora y que es producto del esfuerzo de muchas mujeres antes de que yo naciera… Sin embargo, nunca fui ese tipo de chica feminista que exigía igualdad, pero quizás el motivo sea porque nunca sufrí la inequidad».

Estas declaraciones enfurecieron a los grupos feministas, que bombardearon su cuenta de Instagram con comentarios agresivos y ofensivos. La repercusión fue tal que algunos de los sitios feministas hicieron eco de la «noticia» para criticarla.

La actriz respondió desde su cuenta en Instagram: «Algunas personas se han sentido ofendidas por mis palabras a la revista Redbook acerca del feminismo. Si alguno de vosotros conoce este «negocio» sabe cómo las palabras pueden ser fácilmente sacadas de contexto para buscar controversia. Estoy absolutamente agradecida por las fuertes mujeres que allanaron el camino de mi éxito y de muchas otras. Pido disculpas si alguien se sintió ofendido. Cualquiera que realmente me conozca y conozca mi corazón sabe lo que quise decir».

Creo que para entender todo el drama que ocasionaron las declaraciones de Kaley vale la pena repasar un poco la situación de EEUU con relación a este espinoso tema.

El feminismo es un movimiento que busca la igualdad. Creo que nadie con dos dedos de frente podría oponerse a algo así. Sin embargo, dentro del movimiento feminista también existen posturas radicales y extremas. En las redes sociales a estos grupos se les denomina generalmente como «feminazis», para distinguirlo del feminismo serio.

Sin embargo, quizás tratando de no crear divisiones internas, las líderes del movimiento feminista nunca denuncian ni marcan distancias de las posturas más radicales de algunos de sus integrantes. Como consecuencia de esta falta de decisión, resulta difícil para el resto distinguir a unos de otros.

Cuando ella dice que no es feminista se refiere a que no es el tipo de feminista que constantemente está hablando sobre el tema, criticando incesantemente sobre las injusticias de que son víctimas las mujeres. En otras palabras, que ella no se considera una «activista».

La actitud de Kaley de decir que «no es feminista (activista)» es similar a cuando alguien dice «no soy político (no hago política, no soy activista)». Aunque todos ejercemos nuestros derechos políticos al ir a votar. Que la política sea importante no significa que yo esté hablando de política todo el tiempo. Bueno, más o menos así es con el feminismo. Es importante, pero eso no significa que uno deba estar hablando del tema todo el tiempo.

Además, las feministas activistas suelen ser generalmente del sector más radical del sector. Las feminazis. Otra razón para que algunas feministas más moderadas, como Kaley, prefieran no identificarse con ellas. Aunque si lo hacen público, ya ven ustedes lo que pasa.

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El dinero

Al hablar sobre el dinero, hay que notar que Kaley ha logrado la paridad salaridad con sus colegas de The Big Bang Theory, con Jim Parsons y Johnny Galecki, los que tienen la misma antigüedad e importancia en el show que ella.

Todo un ejemplo de lucha por la igualdad. Y que no fue fácil, porque Jim pretendía ganar más que sus colegas. Solo la unión de Kaley y Johnny, que negociaron en bloque, logró que finalmente consiguieran los mismos beneficios que Parsons. Un millón por episodio, regalías y la condición de productores del show.

Sin embargo, al hablar del dinero, que ya de por sí es un ejemplo de lucha por la igualdad (feminismo), Kaley prefiere enfocar el asunto de la solvencia económica en función de sus seres queridos.

«Todo en lo que pienso es lo que (ese dinero) significa para mi familia. En la seguridad que nos brinda a todos nosotros.

«Mis padres me llevaron a audiciones por todo Los Ángeles durante 16 años. En todas las ocasiones, me ayudaron a aprenderme los libretos, me llevaban hasta las audiciones, me esperaban pacientemente aunque eso significar esperar durante horas. Y cuando no obtenía el trabajo, que ocurría la mayoría de las veces, me consolaban.

«Cuando mi carrera como actriz parecía no avanzar, se ocuparon que tuviera otras alternativas. Aprendí tenis y equitación, en las que también fui buena.

«Recuerdo desde niña, que siempre tuve el deseo de cuidar algún día de mis padres, como ellos cuidaron de mí. Saber que ahora tengo los medios para hacerlo me hace llorar de la emoción».

Cuidarse el uno al otro

Uno no puede evitar pensar que lo más ofensivo de las declaraciones de Kaley para los grupos radicales del feminismo (feminazis) fueron en realidad, sus comentarios acerca de su matrimonio y de la manero cómo ella se ve a sí misma como mujer en una relación de pareja:

«Cocino para mi esposo cinco noches a la semana, eso me hace sentir como una ama de casa y me encanta. Sé que suena algo anticuado, pero me gusta la idea de una mujer ocupándose de su hombre. En mi trabajo yo tengo el control, pero al llegar a casa me gusta servirle su comida y atenderlo. Mi mamá era así con mi padre y creo que heredé de ella ese sentimiento» declaró Kaley a Redbook.

«Mi marido también cuida de mí», continuó Kaley, aclarando que su postura de servir a su pareja también es recíproca. «Al fin y al cabo, la idea es cuidarse el uno al otro, no andar fijándose quién hizo más cosas por el otro o quién es el que tiene el control de la relación».

Creo que estas últimas palabras: «no andar fijándose quién hizo más cosas por el otro o quién tiene el control de la situación», refleja el pensamiento de Kaley, y de muchos otros que creemos en la igualdad. Dejemos de juzgar y escarbar hasta en los más mínimos detalles buscando cualquier pizca (real o imaginaria) de discriminación, dominio o algún tipo de abuso. Eso solo lleva al fanatismo y la confrontación. Salvo mejor parecer.