Kat (Katherine) a veces llama Kitty, es una mujer de 39 años que vive sola y sin perspectivas de casarse, para decepción de su madre Sheila (Swoosie Kurtz), con la que Kat mantiene una complicada relación. Y no ayuda que Kat decida abrir un café para gatos, pero esa solo es la punta del iceberg y esta serie nos lo intentará revelar.
La cuarta pared
Una de las peculiaridades de Call Me Kat, que hereda de su serie de origen Miranda, es que la protagonista conversa con nosotros como si estuviéramos presentes y solo ella pudiera vernos. Así que en la primera escena ella misma se presenta y nos pone «al día» acerca de cómo en pleno duelo de su padre, con su madre en un mar de lágrimas, decide que quiere abrir un café temático de gatos.
Y eso hace, Kat nos cuenta que renunció a su trabajo como profesora de matemáticas, porque no se sentía realizada enseñando sobre las maravillosas relaciones entre los números. Como sea, Kat se encuentra más contenta rodeada de sus empleados: uno es Phil (Leslie Jordan), un viejecito muy dulce que es el pastelero. Y también tenemos a Randi (Kyla Pratt), que la camarera o ayudante de Kat, aunque no queda del todo claro. Con más tiempo en pantalla, a Phil lo conocimos mejor, es gay (no lo dicen, pero eso parece), es un gran bailarín y pese a su edad mantiene una estrecha relación con su madre (algo que Kat envidia).
El problema
Kat se meterá en líos por tratar de hacer sentir bien a Phil, pues luego que Kat es invitada a una fiesta en un lugar icónico de la ciudad, el salón de baile «Cristal», del hotel Brown.
Kat invita a Phil, pero lamentablemente, la fiesta es parte de la ceremonia de la renovación de votos de su amiga de la infancia, Tara (Vanessa Lachey), y como esta se está gastando un dineral en el evento, no quiere cubrir los gastos de un acompañante que no es tal, o sea, que no es la pareja romántica de Kat. Entonces, esta miente y dice que Phil (sin decir su nombre) es su novio. Kat es una mentirosa compulsiva cuando está nerviosa.
El drama es un poco ridículo, para ser francos, así que lo acortaré. Solo diré que al final Tara cede para no hacer un escándalo y Kat aprovecha para darnos un discurso sobre lo malos que somos todos con la gente que no tiene pareja o ha decidido vivir sola. Aunque con su actitud y sus mentiras, me cuesta creer que la víctima en esta historia sea ella, para ser francos.
No se olviden del «sexi» Max
No podía olvidarme del interés amoroso de Kat: Max (Cheyenne Jackson), un profesor de inglés que regresa al pueblo de sorpresa luego de 10 años y una decepción amorosa. Él reanuda su amistad con Kat gracias a que trabaja en el bar al lado del café de gatos. En la serie original este papel lo hacía Tom Ellis, y creo que fue el que más éxito cosechó después y gracias a Miranda. En Call Me Kat, Max no tiene una participación brillante. Está bien para el papel del «chico guapo», pero nada más. En esta parte nos han dejado en deuda.
Pero Jackson es un excelente cantante, incluyendo obras musicales en Broadway. Y no hay que ser adivino para anticipar que en los próximos episodios exploraremos esa parte de su vena artística. Sobre todo porque este episodio contiene un número musical y Kat cantó «Fireworks» de Katy Perry.
Lo que más me gustó
- -Sheila: «¡Quiero ir a dormir y nunca despertar!» -Kat: «Creo que quiero abrir un café de gatos».
- -Kat: «Sí, tengo dos de esos sinvergüenzas. Orlando y… Bloom».
- -Kat: «Estábamos de vacaciones en el Himalaya y correteaban con shorts y camisetas y yo les decía: ‘Se van a morir congelados’. Y se murieron».
- -Kat: «Hablando de recordar, dijistes que ibas a enseñar inglés en el extranjero por solo un año y eso fue hace diez años». -Max: «Es cierto. Y luego comence a viajar y…» -Kat: «Fuiste a Narnia».
De errores y detalles que no gustaron
Como voy a hacer una comparación con el primer episodio de Miranda, la serie en la cual se basa Call Me Kat, me guardaré mis impresiones para ese entonces.
Puntuación del editor
Sinceramente me ha costado reírme en este primer episodio. No es un episodio aburrido, pero estuvo por debajo de mis expectativas. Muy poquitas bromas realmente funcionaron. Voy a darle un puntaje bajo a la comedia.
Se supone que el episodio piloto sirve para presentar a los personajes, pero salvo la protagonista, el resto no tuvo suficiente tiempo para mostrar algo más que clichés. Pero como el formato de la serie está centrado en Kat, seremos indulgentes y le daremos un puntaje medio.
Sinceramente, se me hizo algo tedioso en algunas partes. Lo mejor, las fantasías de Kat, la canción y la francesa que echa al final. Puntaje de guion: medio.
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