El día de ayer tuve la oportunidad de leer un interesante artículo en TV Spoiler Alert sobre el hope-watch que me gustaría compartir con ustedes. Les recomiendo leer el original, pero aquí haré referencia a su aplicación en el caso de nuestra serie favorita.
Lo último que se pierde
Según el crítico estadounidense Alan Sepinwall, se denomina «Hope-Watching» al acto de seguir viendo una serie con la creencia – fundada o no – de que todavía hay una buena serie detrás de la mala que ahora estás viendo, y quieres estar ahí para cuando la buena versión aparezca otra vez. No en vano, una traducción de Hope-Watching es: «Ver con Esperanza».
Debo confesar que conocer el término de hope-watching me ha dado un golpe directo, porque me ha hecho reflexionar si no estoy yo en esa categoría de fan, que sigue The Big Bang Theory porque le he agarrado cariño a los personajes, en pocas palabras porque tengo la esperanza de que mejore en el siguiente episodio, en la siguiente temporada, o al menos en el final de la serie… y como dice Sepinwall, quiero estar ahí cuando eso ocurra.
Hate-watching
Existe una versión más oscura del hope-watching, se trata del hate-watching, que consiste en mirar algo porque lo detestas. No confundir con el placer culpable, en el cual uno es consciente de que el producto es malo, de manera que disfrutarlo te causa vergüeza y por eso prefieres no hablar de ello. En el hate-watching el placer no está en el producto, sino en el poder criticarlo abiertamente después.
La existencia del hate-watching invalida aquella pregunta: «¿Por qué ves un programa que no te gusta?» o «Si no te gusta, no lo veas». Aunque a algunas personas les cueste creerlo, hay gente que ve fielmente un programa simplemente porque lo odia y disfruta criticarlo y que todos lo sepan.
¿Es grave, doctor?
Conociéndome, dudo que alguna vez caiga en el hate-watching, pero sí estoy comenzando a creer que algunos de los síntomas del hope-watching han comenzado a aparecer, especialmente en la última temporada, aunque las dos anteriores tampoco fueran una maravilla, o todo lo regulares que uno esperaría de la serie, que se vende como «una de las comedias más inteligentes de la televisión».
Por suerte, todavía no presento uno de los síntomas más severos del hope-watching, sentir pereza de ver los episodios. Acumularlos para verlos luego de golpe, con la esperanza de asegurarme el encontrar alguno rescatable, por lo menos. No, yo sigo viendo los episodios el mismo día de su estreno, pero sí noto que cada vez me cuesta más hacer las reseñas de los episodios, o colaborar con los subtítulos.
En mi caso, debo añadir a la ecuación que soy administrador de este blog, y todo lo relacionado con este proyecto en Facebook, Twitter, Tumblr e Instagram, así que creo que es válido pensar si hago todo lo que hago por la responsabilidad o porque sigo disfrutando de la serie.
En tu caso, amable lector, imagino que la principal razón para continuar es tu resistencia a echar por la borda todo el tiempo que has invertido en esta serie, y como dije al principio, el cariño que le tienes a los personajes, las parejas, los recuerdos y la esperanza de que todo irá para mejor la próxima temporada. Si estos son los sentimientos que te animan a continuar, quizás ya estás sufriendo de Hope-Watching.